Los agricultores en Japón, que se dedican a la industria a gran escala, no van a reemplazar el trabajo humano con robots, argumentando que el contenido de tal "asistente electrónico" les cuesta a los propietarios una suma global.
El propietario de la industria del tomate en la prefectura japonesa de Chiba Yasuji Kakuzaki, sigue siendo un partidario de la cultura conservadora, debido al alto costo y la desventaja de los robots. Según él, el robot exige constantemente cuidados y energía reverentes, que son bastante caros en el país del sol naciente. En lugar de innovaciones, utiliza el programa para buscar trabajadores de otros países.
Ahora, en una granja de 2 acres, hay trabajadores de Vietnam que, a diferencia de los japoneses, aceptan el salario mínimo establecido por el gobierno japonés. Según Kakuzaki, le da a la gente salarios, lo que les ayudará a no permanecer por debajo del umbral de pobreza.
Los trabajadores reciben $ 8 por hora de trabajo, lo que les permite comprar una casa en 3 años. Si trabajaran en Vietnam, agrega Yasuji, les llevaría unos 15 años. Detrás de sus predicciones, en su campo es muy poco probable que el robot procese la Tierra.